Y he aquí uno de los cuentos mas significativos de mi vida! Fue uno de los cuentos publicados en la revista del colegio, cuando estaba en último grado. Es una excelente recopilación de la rutina diaria de muchos estudiantes en las mañanas frias de Bogotá y la cantidad de sentimientos que pasan por la cabeza de un simple Chico Normal.
Odisea al colegio
Caminando
entre la selva, nadando sobre el mar, volando a una galaxia… Suena el
despertador y la molesta voz del padre de Nicodemo: – Se te va a hacer tarde
chiquillo, levántate. 5:30 a.m. El colegio está a unas cuantas cuadras piensa
Nicodemo, mientras le da 10 minutos más al despertador, los cuales se
convierten en ¡10, 20, 30 minutos! Abre un ojo entre dormido y despierto, se
levanta ágilmente al recordar que hoy tiene
examen de álgebra. Se da un rápido chapuzón, se cepilla los dientes, se
despide de su madre pidiéndole la bendición. Su padre le da dinero, pues por
falta de tiempo, no alcanza a desayunar. 6:20 a.m. –Tengo 5 minutos para
llegar- dice en voz baja, mientras abre la puerta.
Al salir, atraviesa velozmente el parque que
queda frente a su casa. Los grandes árboles no se notan pues hay una neblina
inesperada, y las gotas de su rápido baño bajan por sus mejillas y su cuello.
Hoy es viernes y Nicodemo solo piensa en ir con sus amigos a jugar fútbol
cuando salgan del colegio. En la esquina
de la calle principal está siempre el señor del parqueadero, un anciano gordo y
bajo, con un bastón en una mano y un cigarrillo en la otra, siempre frunciendo
el ceño y mirando mal a la gente. Pero Nicodemo deja atrás sus prejuicios y
siempre lo saluda:
- Buenos días don Miguel.
- ¿Qué tienen de buenos? Un día
más de vida y otro más hacia el panteón.
Al
final de la avenida, la tienda de música, en donde siempre está exhibido el
mismo chelo que Nicodemo admira y desea con fervor aprender a tocar. Cada vez
que pasa por ahí se imagina las luces del escenario, tocando en una orquesta y como
el gran Schumann. 6:26 am. Cuatro minutos para llegar al colegio. Acelera el
paso un poco más, recorre una cuadra y unos metros más adelante camina Paquita.
Nicodemo observa a Paquita, una linda jovencita que estudia en un colegio
femenino. Lleva un bolso en vez de maleta y un llamativo listón rojo que combina perfectamente con sus labios.
Siempre que sus miradas se encuentran, Nicodemo queda idiotizado imaginando un
beso de ella. Pero Paquita lo mira de reojo como advirtiéndole: – ni lo sueñes.
Paquita espera a su padre en la misma esquina de todos los días, mientras él
saca su taxi del parqueadero de don Miguel.
De
repente, una algarabía hace levantar a toda la cuadra. Unos tipos encapuchados
acaban de salir de un carro azul que estaba estacionado cerca al almacén de
música y casi al instante, suena un estruendo ensordecedor que los obliga a
todos a arrojarse al suelo. - ¿Qué ocurre?- piensa Nicodemo. Pero en un instante sale de su asombro y
corre a la otra acera para proteger a Paquita que grita desgarradoramente.
Después de unos segundos, todo queda en silencio total. El padre de Paquita
aparece y les dice que se resguarden en el taxi, esta zona estaba peligrosa. El
celular de Nicodemo suena, es su madre desesperada:
– Hijo, ¿estás bien?
– Sí mamá, no te preocupes - le
responde con un tono relajado.
El
padre de Paquita deja a Nicodemo en la esquina del colegio y al despedirse recibe
un beso en la mejilla de parte de Paquita, quien le dice -Gracias por
preocuparte por mí, nos veremos en otra ocasión.
Nicodemo
recuerda su examen y mira su reloj, son las 6:31 a.m. Su odisea al colegio ha
acabado, llegará tarde… Una vez llega al colegio ve la gran fila de los
retardos. Escucha las burlas y comentarios sarcásticos de su coordinadora,
quien registrará su llegada tarde como una falta grave. Después de casi 45
minutos de frío en la puerta del colegio, entra a la institución y ahora debe
suplicar a su cruel profesor de matemáticas para ingresar al examen y no tener
que recuperar este semestre.
Aunque
es casi imposible, el profesor lo deja ingresar a presentar su tan anhelado
examen, no sin antes deber explicarle el porqué de su contratiempo. Su profesor
solo lo mira con cara de desconfianza y le dice – Cada día se inventa cuentos
más reforzados, entre ya y haga el examen en estos 15 minutos que quedan –
Nicodemo
se sienta en el último rincón del salón, en los asientos que dan hacia la
ventana. Saca su lápiz y sacapuntas y después de un gran suspiro lee el primer
ejercicio, no entiende nada, intenta hacer el segundo pero no le da el
resultado, el tercero ¡ni siquiera sabe que es eso! Se recuesta en su pupitre esperando
a que las ideas le surjan, pero ofendiendo a la realidad, su hoja se trasforma
en un pájaro que vuela por todo el salón, a nadie parece importarle, un humo
blanco ingresa por la ventana y no puede observar nada…. ahhh, suena el
despertador y la molesta voz del padre de Nicodemo: - Se te va a ser tarde chiquillo,
levántate. 5:30 a.m. - El colegio está a
unas cuantas cuadras- piensa Nicodemo mientras le da 10 minutos más al
despertador, los cuales se convierten en ¡10, 20, 30 minutos!